Diputado Alfredo Asti - A los 100 años del general Liber Seregni
El 13 de diciembre la Asamblea General rindió homenaje al general Liber Seregni al cumplirse 100 años de su nacimiento. Hablaron representantes de todos los partidos.
Se hicieron presentes el presidente Tabaré Vázquez, el ex presidente Luis Alberto Lacalle, ministros, autoridades civiles y militares, el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda.
Se transcribe el discurso del diputado Alfredo Asti (AU/FLS/FA):
En el día de hoy 13 de diciembre, cuando se cumplen 100 años del natalicio del querido General Líber Seregni y en esta sesión de la Asamblea General que le rinde un merecido homenaje, agradezco a mis compañeros que me han permitido expresar unas palabras.
En este momento en que su figura y su recuerdo traspasa las fronteras del Frente Amplio y con certeza también las de nuestro país, he decidido no solo recordarlo como militar o político sino como persona, compañero y amigo.
¡Si tendré anécdotas con él y la querida Lily para rememorar!
Fue en 1988 cuando, comencé a verlo caminar solo y a paso firme por la playa de La Floresta donde solíamos veranear por aquel entonces.
Era el mismo hombre que sabía que, con firmeza constitucionalista rechazó todo intento golpista durante su exitosa carrera militar que lo llevó a su máxima jerarquía, pero de la cual pidió el pase a retiro en el 68 rechazando el autoritarismo del Gobierno de la época, era el mismo hombre que luego fuera elegido Presidente y candidato a la Presidencia por el FA y vi desde lejos el 26 de Marzo del 71, invocando al Padre Artigas.
Fue quién en muchas oportunidades en la campaña y en el Congreso de fin de ese mismo año 71 y en los dramáticos actos del 72 y 73 proponía “cambios para la Paz y Paz para los cambios”, encabezando la multitudinaria y plural marcha del 9 de julio del 73 contra el reciente Golpe Cívico-militar.
Ese compañero que caminaba en la playa, era el mismo hombre del que estuvimos pendientes de recibir las escasas noticias que llegaban de su prisión.
Fue quién se las ingenió para hacernos conocer su posición de voto en blanco en las elecciones internas de los PPPP de 1982 y cuya noticia de su liberación en marzo del año 1984 esperábamos día a día.
Ese día la inmensa alegría y emoción nos llevó hasta las lágrimas, pero al mismo tiempo y desde ese balcón nos enseñó y marcó el camino de la reconstrucción del país en Paz recordándonos que éramos “obreros constructores de la Patria del futuro”.
Como dije, lo veía caminar por la playa, admirado de ver su prolijo y vertiginoso andar con sus setenta y algo de años de edad y con una larga historia de lucha, aquel por el que sentía una gran admiración por la valentía y la impronta que le daba a su vida.
Fue así que un día tomé coraje y decidí saludarlo, con la ilusión de poder intercambiar un par de palabras, pensando que seguramente sería amable conmigo pero que quedaría en un saludo y nada más.
Pues ese día me sorprendió cuando al saludarlo, siendo yo solo un militante independiente de comité de base, me dijo que siguiéramos la charla, pero caminando sin parar. A partir de ese día caminábamos juntos ida y vuelta, de punta a punta la playa de La Floresta.
Caminatas que quedarán grabadas a fuego en mi memoria y que fueron el comienzo de una queridísima e inolvidable amistad, que me permitieron no solo conocer más al General sino también al compañero y amigo.
Después de esa confianza adquirida en aquellas jornadas en la playa, supimos visitar su casa y conocer a Lily, sus hijas y nietas. Compartimos junto con nuestras familias y la del compañero Danilo en mi casa de La Floresta cenas familiares y de Fin de Año.
En ellas se charlaba, se comía, se tomaba, se jugaba a las cartas y se cantaba. Un año llegamos a organizar hasta una murga con los vecinos de la cuadra que poco a poco fueron sumándose. Seregni era el centro de atención, pero se sentía y actuaba solo como uno más de los presentes. Allí se decía que de aquellas reuniones había surgido la fórmula presidencial del Frente Amplio del 89 Seregni – Astori.
Las reuniones se fueron haciendo año a año, más y más numerosas, tanto así que ya no podían realizarse en una casa de familia. Fue allí cuando las continuamos, todos los fines de enero, en clubes de la zona, independientemente a que seguíamos haciendo reuniones más íntimas en casa con Seregni, Danilo y la juventud de Asamblea Uruguay, en las cuales el General se pasaba largo rato jugando al truco y conversando con los jóvenes que lo miraban y oían maravillados.
Nosotros lo visitábamos asiduamente en las casas que alquilaba en la temporada, primero en la Floresta y luego en Costa Azul, donde finalmente pareció encontrar su lugar en el mundo.
Comenzó a alquilar todos los veranos aquella casa frente a la plaza en donde hoy se encuentra un monumento en su homenaje. En aquellas visitas compartíamos momentos imborrables con él y Lily, en los cuales no faltaban las largas charlas en las que intercambiábamos ideas, conversando de la actualidad política y social.
En 1994, con su guiño cómplice, se funda Asamblea Uruguay, liderada por otro independiente muy cercano a Seregni, tratando de seguir sus enseñanzas de renovación en unidad.
Luego de la desgarradora experiencia que vivimos el 5 de febrero del 96 al festejar los 25 años del FA, cuando renuncia a la Presidencia del FA para como siempre dijo “decir lo que se piensa y hacer lo que se dice” lo seguí viendo en la sede del Instituto 1815 y en su apartamento de 18 de julio, en dónde proseguimos con nuestras charlas y recibía de su parte consejos a cerca de decisiones políticas y personales a las que me enfrentaba en ese momento y sobre las cuales debía decidir.
Por supuesto que estuve presente en sus últimas grandes intervenciones públicas como la del Congreso del FA del 2003 y su discurso final en el Paraninfo de la Universidad en el homenaje que le realizara la generación 83, recordándonos el paradigma de la ética de las convicciones y la ética de la responsabilidad.
Esa amistad con el General duró hasta sus últimos días, cuando lo visité en su apartamento a fines de julio de 2004, donde hablamos del seguro próximo triunfo del Frente Amplio y su llegada al Gobierno, e incluso en esa oportunidad, como amigo, me preguntó sobre cómo veía mi futuro en ese Gobierno.
Lamentablemente, por esas cosas del destino, Seregni se nos va poco antes de ver el triunfo del FA, pero contento, porque a pesar de no poder verlo, él murió creyendo que ese triunfo ya se venía.
Lily decía que Seregni toda la vida, desde el primer día del 71, luchó pensando que algún día el Frente iba a ser gobierno. Incluso desde la cárcel a veces ponía una frase: “Al final del camino, una luz puntual nos espera”. Para ello había renovado y preparado al FA y terminó “atando el paquete” de la relación de la política y la economía con Tabaré y Danilo.
Para mí, esa entrañable amistad cuando él nos dejó físicamente, se prolongó con su gran compañera de vida, una mujer admirable como lo era Lily.
Una de las primeras actividades como parlamentario en 2005 fue devolverles a los jóvenes de Asamblea Uruguay, junto a quien era en aquel entonces compañero de despacho y diputado suplente Carlos Varela Ubal, hoy Alcalde del Municipio b y que había entregado personalmente junto a mi hijo y otros y otras jóvenes la bandera que la Juventud de Asamblea Uruguay le había obsequiado a Seregni en el acto final de la campaña de AU del 94 y que luego su familia me había pedido atesorara.
Así, esa inmensa bandera que se desplegó y cubrió la fachada de mi casa en la Campaña del 2004, volvía más de 10 años después a la Juventud de Asamblea Uruguay (Jota 21) que la había confeccionado y que con idolatría militante se la había obsequiado.
No siempre comprendido ni apoyado, intentó ser unificador y conciliador dentro de nuestra fuerza política. Sus enseñanzas, la inquebrantable voluntad por obtener los consensos, por practicar la Unidad en la diversidad y sin exclusiones, transformó al Frente Amplio en una alternativa real de gobierno.
Creemos que hablar de Seregni es hablar de un político por excelencia y de un ser humano, esposo, padre y abuelo ejemplar, un artiguista del siglo XX como diría Caetano, que tantas enseñanzas nos dejó y que tanto aportó en la historia de nuestro querido Frente Amplio.
Sin lugar a dudas Seregni fue “un cultor de la unidad frenteamplista con vocación de búsqueda de acuerdo y consenso, fue un gran autocritico”, según palabras de Astori.
Quienes como yo mantenemos intacto el recuerdo de su liderazgo político, pero además el afecto de conocimiento personal y familiar, tratamos día a día de seguir sus enseñanzas, sus consejos, su estrategia. Recordarlo a los 100 años es un nuevo punto de apoyo para seguir avanzando en esa, su lucha, que continúa.
Para culminar me permito leer una parte de una carta que le enviara a Lily desde su encierro. Palabras que para mí describen su fuerza, su lucha, su vida y también la vida del Frente Amplio.
“... pero a medida que me puse a pintarlo, el ombú se reveló como algo muy particular. Cada pincelada que daba, tratando de modelar su forma, es como si hubiera podido palpar con mis manos el viejo tronco, recorrer sus arrugas, intimar con él, conocer su historia. Es un viejo ombú; viejo, sabio y filósofo. Su larga vida está expresada en sus rugosidades, en sus cicatrices, que hablan de su lucha vital en los tres siglos que tiene de existencia. Sufrió el rayo y el temporal, que quebraron sus ramas y dejaron esas señales que muestra en su cuerpo. Pero después de cada herida, siempre supo reponerse y echar brotes nuevos como ahora. Mírame -dijo- he soportado mil tempestades: me han tronchado ramas, estoy lleno de cicatrices, pero tengo brotes nuevos y -por sobre todas las cosas- vivo y sigo siendo árbol, sigo siendo ombú".
Seguirás viviendo querido amigo, querido compañero, en cada uno de nosotros, en los que tuvimos la gran suerte de que nuestros caminos se cruzarán y en aquellos que te conocerán porque nosotros, nuestros hijos y la historia nunca te olvidarán.
Allí donde estén, envíale saludos a Lily y un gran abrazo con un ¡Hasta Siempre General del Pueblo!