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Lunes, 28 11 2016
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Declaración

Declaración del Congreso del FA

VI Congreso del Frente Amplio “Rodney Arismendi” – 100 años Líber Seregni

26 - 27 de Noviembre 2016

Declaracion final

Los y las 1500 frenteamplistas pertenecientes a los Comités de Base que componemos el VI Congreso Ordinario Rodney Arismendi, hemos finalizado nuestras deliberaciones y tomado decisiones luego de más dos meses de dialogo en todo el país.

Al culminar nuestro Congreso sentimos la responsabilidad de dirigirnos a los uruguayas y uruguayos todos, cuya libertad y condiciones de vida digna son la razón de nuestra lucha.

Lo hacemos como la principal fuerza política del país, no como un ejercicio de autocomplacencia. Significa una responsabilidad ética y política con nuestro pueblo, cuya lucha de décadas es la que ha hecho posible las transformaciones.

Situación global

1 - Una fuerte modificación estructural configuró el contexto internacional en la primera década del siglo XXI, caracterizada por la hegemonía norteamericana en lo militar y comunicacional y una multipolaridad asimétrica en lo económico y comercial.

El nuevo patrón de acumulación arrasa con las regulaciones del orden político construido en el Siglo XX, y genera un contexto de desprotección de millones de personas que en el planeta ven cercenado el ejercicio de sus derechos más básicos consagrados en los documentos de las Naciones Unidas.

Mientras aumentan la pobreza y la desigualdad en el planeta, los cambios que aparejó la desaparición del mundo bipolar liberaron aun más el poderío militar de las grandes potencias que sigue siendo un factor que entraña peligro para la paz universal, en tanto la violencia continúa manifestándose mediante intervenciones que no cesan, amenazas y distintas formas de terrorismo, que generan la inseguridad y el desamparo de enormes masas a escala global.

La crisis global es económica, política, ideológica, energética, ambiental y ética. Lo que está en crisis estructural y crónica es el capitalismo como propuesta civilizatoria de los sectores dominantes, que junto al sistema patriarcal hegemonizan la humanidad.

Está en marcha un ajuste global para trasladar el foco de esa crisis -hasta hoy en los países centrales del capitalismo- hacia los países dependientes, y para que los pueblos paguen los costos.

Es imprescindible realizar un exhaustivo análisis de la situación histórica y de las características que asume el capitalismo en esta fase particular, pero que no se detenga en el mero análisis, sino que permita orientar las luchas emancipatorias y reencauzar con iniciativas concretas el proceso de acumulación ideológico, político y social a favor de las grandes mayorías populares.

Situación regional

2 - Mientras el resto del mundo vivió procesos de recesión, de crisis políticas y sociales como consecuencia de las políticas de austeridad que deslegitimaron la política y los partidos, en el continente latinoamericano se desarrollaron experiencias con esperanza y creatividad, mostrando que era posible construir una alternativa al modelo neoliberal avasallador.

Este proceso se caracteriza en forma general por una reducción de la pobreza y de la indigencia en porcentajes por demás significativos; mejoras en la distribución de la riqueza, reformas tributarias; creación y fortalecimiento de empresas públicas, desarrollo del mercado interno, conquistas sociales definidas mediante políticas públicas de protección social; desarrollo y profundización de ámbitos de integración como CELAC y UNASUR.

Pese a estos avances hoy vivimos momentos de dificultad. En varios países se ha detenido este impulso, con crisis sociales y económicas que pronto se convirtieron en derrotas electorales y políticas que cambiaron el mapa político del continente.

Se fue preparando el terreno para el comienzo de una ofensiva neoliberal, conservadora y excluyente, que quiere arrasar con las conquistas sociales, retroceder en la conquista de derechos, privatizar el Estado y concentrar los recursos económicos en pocas manos.

Si el discurso de ayer era el del fin de la historia, hoy se quiere imponer el fin del ciclo progresista. Por ello tenemos que confrontar con la idea fatalista y desmoralizante de la idea del fin de un ciclo, que no explica lo que está sucediendo, sino que es una expresión simplista e interesada para desmovilizar y desarticular las capacidades de resistencia, fortalecimiento y ampliación del bloque social de los cambios.

Estos retrocesos tienen componentes económicos y políticos. La caída de los precios de las materias primas determina una reducción en el valor de las exportaciones impactando en el nivel de divisas, inversión, empleo y salario.

Mientras los precios de los commodities estuvieron en alza, se debió afianzar modelos económicos alternativos en clave de integración regional, lo que no sucedió en la medida que el proceso histórico lo exigía.

En algunos países no se prestó la debida atención al equilibrio de las cuentas públicas, el aumento de la inflación erosionó las políticas sociales. Existieron además casos de corrupción en contradicción a la transparencia y ética política que debe ser patrimonio inseparable de la izquierda.

Comprender e integrar a la vez tanto la magnitud de la ofensiva conservadora que enfrentamos como los elementos de una necesaria autocrítica, constituyen aspectos esenciales para trazar una estrategia que permita a la izquierda continental retomar su impulso transformador.

Situación nacional

Uruguay estuvo y está mejor preparado para enfrentar la crisis, como consecuencia de haber realizado cambios profundos en varios aspectos: reestructuró sus sistemas de control financiero, realizó inversiones a nivel productivo y social, supo estimular el crecimiento, disminuir el desempleo, mejorar el ingreso real de los hogares, disminuir la pobreza y comenzar a mejorar la distribución del ingreso, así como avanzar en la agenda de Derechos.

La embestida conservadora no está destinada a elaborar un programa de gobierno alternativo, ya que su objetivo es quebrar la credibilidad de nuestras ideas, de nuestra legitimidad en la sociedad, de erosionar la imagen de honestidad y autenticidad de nuestro proyecto político.

La derecha empezó a maquillarse nuevamente para transformarse en “alternativa”, aprovechando los nichos en los que su hegemonía no ha sido tocada o donde conservan en lo esencial su fuerza: el poder económico y el mediático.

Apuntan a recuperar el gobierno que, en sus manos, ha sido un instrumento de poder que ha profundizado las desigualdades y la dependencia como país. La nueva derecha procura de manera sutil apropiarse de los temas sociales, generando un discurso pragmático y pretendidamente desideologizado.

El discurso tendiente a convencer al pueblo uruguayo de que se terminaron las posibilidades del Frente y que hay que cambiar de gobierno suma nuevos protagonistas, outsiders de la política que pregonan gobernar el país como si fuera una empresa privada.

A este discurso hay que responder con movilización, con creatividad y voluntad de lucha, pero sobre todo con ideas que dibujen un horizonte hacia donde conducir nuestro esfuerzo junto al pueblo uruguayo, reorganizando la esperanza alrededor de que otro mundo es posible y necesario.

Lo anterior deja en claro que siguen existiendo dos proyectos de país en disputa: el de la derecha y sus soportes sociales, ideológicos y políticos, que apuesta a un país cada vez más desigual, con crecimiento sin distribución, donde reine la ausencia de transparencia y se retroceda en la agenda de derechos conquistados.

De la misma manera que lo hizo cuando gobernó, la derecha uruguaya dejará nuevamente al país expuesto e indefenso a los efectos de las crisis internacionales, haciendo recaer sus costos sobre las mayorías de la población.

Los sectores más conservadores de los partidos tradicionales –colectividades que mantienen contradicciones en su seno– actúan como representantes de minorías dueñas de los grandes capitales, extensiones de tierras, empresas, medios de comunicación, etc.

Por su parte, la propuesta de la izquierda está en el Programa de Gobierno del FA que uruguayos y uruguayas respaldaron.

Debemos seguir avanzando en la transformación de la matriz productiva promoviendo el uso sustentable y ordenado de los recursos naturales que reduzca las vulnerabilidades derivadas de la primarización, la extranjerización y concentración de la tierra y las principales cadenas productivas.

Se debe ampliar aún más la inversión pública como factor dinamizador de la economía y a la vez creador de la infraestructura imprescindible para el desarrollo productivo, y es aquí donde juegan un rol insustituible las empresas públicas; fortalecer la negociación colectiva y mantener el crecimiento de salarios y jubilaciones como factor de distribución de la riqueza y dinamizador del mercado interno, así como mantener niveles de equilibrio en la economía que es lo que asegura la calidad de vida de nuestro pueblo.

Debemos seguir ampliando la democracia y los derechos. En particular debemos seguir trabajando en la concreción de una Igualdad sustantiva entre mujeres y varones.

Debemos además consolidar una inserción internacional de nuestro país que apueste a la conquista de mayor soberanía e independencia, política, económica y cultural.

La vigencia del Frente Amplio y las tareas a emprender

La construcción de la unidad de la izquierda plasmada en el Frente Amplio, es motivo de admiración y de esperanza para los sectores populares del continente.

La capacidad de construir síntesis política que se traduce en la imprescindible unidad de acción es un principio estratégico de todos y todas quienes formamos parte de este proyecto; en el convencimiento de que más allá de nuestras diferencias tenemos un denominador común que nos interpreta y aglutina: un compromiso inclaudicable con las causas populares.

Hoy, a 100 años del nacimiento del General Líber Seregni, el Congreso Rodney Arismendi reafirma el carácter de Coalición y Movimiento de nuestro Frente Amplio, y renueva su compromiso con su legado de cultivar la síntesis política y la unidad de acción, que no es otra cosa que discutir desde la diversidad, definir colectivamente los cursos de acción y luego cumplir lo resuelto democráticamente.

Hoy desde muchos lugares se conspira contra nuestra unidad, porque se sabe que ella es una de nuestras principales fortalezas; por tanto la defensa de ésta debe ser una de las prioridades de la etapa.

La preservación de la unidad no puede entenderse como el cultivo de la autocomplacencia ni la ausencia de la autocrítica; es tener la claridad estratégica de debatir con fraternidad, explicitar nuestras diferencias, respetar las opiniones de todos, pero en última instancia apostar con decisión a construir síntesis que nos representen a todos y nos permita seguir caminando juntos.

La unidad es imprescindible, pero en sí misma no es garantía de éxito. Necesitamos desatar la esperanza, la participación y movilización popular en todos los niveles para consolidar lo logrado y seguir avanzando.

Por estas razones, el Congreso Rodney Arismendi entiende que el Frente Amplio debe abocarse en lo inmediato a la actualización de su estrategia para los próximos años, sobre la base de los cambios ocurridos en la región y en el mundo; de los logros alcanzados en nuestro país tras 11 años de gobierno nacional de cercanía con la gente, y de nuestros gobiernos departamentales y municipales.

A continuación se explicitan algunos ejes que necesariamente deberá contener la actualización de la estrategia de nuestra fuerza política:

  • El fortalecimiento del Frente Amplio como herramienta política, es decir como el espacio donde se sintetiza y se proyecta el proceso de acumulación social y política, lo que requiere:

* trabajar permanentemente en el fortalecimiento y ampliación del bloque social de los cambios, base de sustentación del proceso de transformación de la izquierda.
* respaldar activamente y orientar políticamente la acción de nuestro gobierno nacional y también de nuestros gobiernos departamentales y municipales.

  • Fortalecer la organización política para poder enfrentar políticamente a la derecha y las fuerzas de la restauración conservadora; y sobre todo para estar en condiciones de continuar las transformaciones estructurales que el país requiere, desarrollando el país productivo y próspero, con justicia social y con una democracia plena y participativa.
  • Se requiere desarrollar una acción política permanente hacia la ciudadanía que permita difundir los avances del país y elaborar un nuevo programa para profundizar los cambios que se sustente en principios de libertad, igualdad y justicia social, el trabajo la democracia y la paz.Finalmente, y ante la coyuntura política el VI Congreso Rodney Arismendi expresa: Su respaldo a la acción del Gobierno Nacional encabezado por el compañero Tabaré Vázquez; y a los Gobiernos Departamentales y Municipales que encabeza el Frente Amplio.
  • Las medidas adoptadas por nuestro gobierno para enfrentar la coyuntura de enlentecimiento de la economía, así como su sensibilidad para contemplar las justas demandas de los actores sociales han permitido mejorar la situación sustantivamente, echando por tierra los pronósticos de quienes a principios de año le decían a la sociedad uruguaya que el país se ¨caía a pedazos¨.
    Nada de eso sucedió, sino que por el contrario el país continúa por el sendero de la estabilidad y del mantenimiento de la calidad de vida de los uruguayos. Su más firme compromiso y determinación en la defensa de la Ética Política como valor esencial, en un marco donde hay quienes intentan desestabilizar y deslegitimar la acción política, no midiendo consecuencias y priorizando la obtención de réditos electorales. 

¡¡¡ Por más Justicia Social, más Igualdad, más Democracia y más Libertad para los uruguayos y uruguayas !!!

Aprobada por aclamación