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Martes, 05 01 2021
(Tiempo estimado: 2 - 4 minutos)
Asamblea Uruguay

Mensaje de Danilo Astori a la militancia

Danilo Astori dirigió un mensaje a sus compañeras y compañeros al comenzar lo que define como “un año crucial”

“Mejorar nuestra capacidad de contribución a encarar los grandes desafíos del país” Foto: Comunicación2121

Queridas compañeras, queridos compañeros de Asamblea Uruguay, ha finalizado un año muy difícil y ha nacido otro que también promete desafíos muy importantes para todos nosotros. Si decimos que están en juego nuestras vidas, creo que realmente estamos llegando a nuestro corazón y a nuestras más relevantes sensibilidades. Expresar de esta manera nuestros sentimientos, significa apelar a la rica gama de actitudes y decisiones que los seres humanos somos capaces de estimular y practicar en nuestro paso por este mundo.

En estas circunstancias, me dirijo hoy a ustedes porque además de seres humanos somos actores políticos, y esta condición nos obliga a sumar nuestros esfuerzos para encarar la muy compleja realidad en la que estamos viviendo.

Es que se trata de una realidad pletórica de contradicciones e incertidumbres. Así, al flagelo agresivo de la pandemia del Coronavirus, hay que agregar las guerras comerciales, la búsqueda de liderazgos a escala mundial y a cualquier precio, el cambio en la conducción de los Estados Unidos, y la indisimulable intención de China de convertirse en la primera potencia mundial.

Nuestro país vive un cambio político muy importante. Han quedado perfiladas dos visiones diferentes sobre el Uruguay. Pueden ser definidas desde diversos ángulos, pero quizá el que corresponde al irrenunciable papel del sector público en la sociedad, así como la práctica de un gobierno inclusivo que mejore el acceso de los más humildes a los frutos de la actividad económica, sean los que sintetizan con mayor elocuencia el tenor de esa diferencia.

Sin embargo, no son estas discrepancias el único factor de preocupación política. También alcanza esta dimensión la fractura indisimulable, y hasta creciente, con la que gobierno y oposición hacen sus respectivos relatos. Sé muy bien que el gobierno ha sido electo para gobernar y la oposición para controlar y –si es del caso– criticar y hasta practicar acciones que conduzcan a consecuencias políticas en la propia estructura interna del oficialismo. Pero el gobierno no puede pretender que la oposición no critique, ni esta última puede actuar sin tomar en cuenta la postura y los fundamentos que desde el Poder Ejecutivo y el Parlamento empujan conductas diferentes a las que prefiere la oposición.

Compañeras y compañeros, asigno importancia a este punto, porque si el sistema político no encuentra el camino de una mayor calidad y construye puentes para coincidir al menos en algunas cuestiones fundamentales de Estado, el año que se inicia, además de difícil, será muy doloroso. No pensemos que este comentario que hace foco en la actividad política no incluye ni alude al flagelo de la pandemia. Al contrario, el combate al flagelo, que exige solidaridad y altruismo de parte de todos nosotros, se vería fortalecido si los ciudadanos observamos que esos sentimientos también anidan en los responsables políticos.

Esta afirmación no se apoya solamente en la riqueza de los atributos que conforman la condición humana de los ciudadanos. También hay lazos materiales y sociales, como los que ponen en juego al mundo del trabajo, la actividad productiva, la defensa de los derechos humanos, las condiciones de vida de una elevada proporción de nuestra población, que no pueden ser encarados con criterios partidarios y electorales. Esa sería la manera más eficaz de arruinar tales intentos.

Compañeras y compañeros de Asamblea Uruguay, quise compartir con ustedes estas convicciones al comienzo del 2021, porque íntimamente estoy convencido de que –para bien o para mal– será un año crucial en nuestras vidas y porque estoy seguro de que nuestra querida Asamblea Uruguay tiene mucho para aportar en la construcción de un país mejor así como en el proceso de fortalecimiento de los sentimientos que están en el alma de la autoestima colectiva.

Para avanzar por este camino nos debemos un sincero análisis autocritico que aborde con cariño y deseos de superación la experiencia extraordinariamente importante del Frente Amplio en el gobierno. Es que tenemos que ser capaces de comprender que esa autocritica debe ser un acto de amor y no de destrucción.
Obviamente, además de participar en ese análisis, Asamblea Uruguay tendrá que desarrollar el suyo con el objetivo de mejorar nuestra capacidad de contribución a encarar los grandes desafíos que tiene planteados el país.

Me despido, deseándonos un 2021 que demuestre que los uruguayos, los frenteamplistas y los militantes de Asamblea Uruguay fuimos capaces de sentir que la unidad de nuestros corazones y nuestros sentimientos más profundos nos multiplica y nos hace crecer como personas.

Un apretado abrazo

Danilo Astori