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Martes, 26 11 2019
(Tiempo estimado: 3 - 5 minutos)
DIPUTADO ALFREDO ASTI

Somos semilla

Los resultados de las elecciones del domingo renuevan mi orgullo de ser uruguayo y frenteamplista. Una vez más, Uruguay dio una lección de Democracia plena al mundo entero, y muy especialmente, a la región.

Desde el llano seguiremos sembrando proyectos y defendiendo las conquistas de estos años. Tras el ciclo electoral, con autocrítica y acción permanente, preparemos nuestro retorno al Gobierno en 2025.

En una América Latina agobiada por problemas económicos, sociales y políticos, que se condicionan a sí mismos, Uruguay ofrece una muestra de estabilidad en todos esos frentes.

Nuestro país exhibe quince años de crecimiento ininterrumpido con equidad e inclusión, con la generación de confianza y reconocimiento a nivel internacional, con los menores indicadores de corrupción, con plena separación de Poderes, con importantísimas mejoras en todos los indicadores, con grandes avances en la agenda de derechos, en la innovación, en el acceso y uso de la tecnología, con el mayor PBI per cápita de América Latina y también con el mejor distribuido.

Con ese panorama se va a una elección en primera vuelta donde los uruguayos demuestran una vez más su carácter indómito, exigente (está bien lo que he conseguido, pero quiero más y ahora). Seguramente muchos molestos por algunos fracasos y temas no resueltos por el Gobierno, muy amplificados por los activistas de la oposición desde los grandes medios de comunicación aliados , y a su vez, hay que reconocerlo, algo olvidadizos de lo que han sido los períodos de Gobierno antes y después del 2005. Aquí debemos asumir la autocritica que seguramente no supimos transmitir correctamente lo realizado fundamentalmente en el interior.

En la elección de octubre no se eligío Presidente dejándolo abierto para el balotaje del 24/11, los resultados confirmaron al Frente Amplio como la mayor fuerza política del país, pero la ciudadanía no le concede la mayoría parlamentaria como en los 3 períodos anteriores, dividiendo sus preferencias en la elección de legisladores de 7 partidos. De esos partidos con representación parlamentaria muy variada, 5 ya habían manifestado su idea de hacer lo posible para derrotar al FA. El sexto partido, de carácter ecologista radical, a través de su líder, rechaza tanto al partido de Gobierno como a la coalición opositora. El FA queda aparentemente sólo hacía Octubre a nivel de líderes de esos partidos.

Con ese escenario, se va a una elección en segunda vuelta con claras desventajas, contra una coalición coalición electoral armada entre cuatro paredes por los líderes de 5 partidos, uno a uno con el más votado de ellos, con enormes diferencias programáticas, principios e historia, sin ninguna consulta a sus bases y con el único fin de terminar con los 3 exitosos períodos de Gobierno del FA (y con muchos de sus avances) teóricamente, sumando 15 puntos de diferencia (54% a 39%), con los grandes medios de comunicación y entidades empresariales (y su poder económico) en contra, con encuestas que hasta la veda otorgaban una ventaja entre 5 y 8 puntos al candidato opositor. Pero los frenteamplistas decidieron que la campaña será Voto a Voto con la gente y salieron a buscar, a veces coordinados y muchas veces por iniciativa propia y de los colectivos que se formaron para ello, esos votos de diferencia, sabiendo que no todos los votantes de los partidos acuerdistas, ni quienes en primera instancia habían votado en blanco o anulado, tenían que repetir su voto. Ahora era solo Proyecto contra Proyecto (en el caso de la oposición, inexistente u oculto). Pese a todas las contras, al abrirse las urnas y conocer los primeros datos, algunas encuestadoras dieron inmediatamente un ganador, pero al poco rato debieron retractarse para anunciar un empate técnico. Otras fueron más cautelosas y otras más acertadas a lo que finalmente terminó siendo un escenario muy diferente al divulgado los días previos a la elección. Los 15 puntos de partida y los 5 u 8 proyectados se habían evaporado. La Corte Electoral avanzó rápido en la comunicación del escrutinio primario. A las 5 horas de cerrado los circuitos, si bien faltaba más de 1% de votos a escrutar, los resultados y tendencias marcaban que la diferencia entre ambos candidatos era menor que la cantidad de votos observados sin escrutar. Hay además más 50.000 votos anulados que habrá que revisar si la intención de quien puso dentro del sobre hojas marcadas, fue de forma intencional, o corresponden a esos errores o fallas comunes, no voluntarias, que se deben contemplar.

La noche del 24, ambos candidatos hablaron a los militantes en sus respectivos lugares asignados para los festejos, y pese a la diferencia de ánimos por el incierto (aunque probable) resultado, recomendaron el retorno a sus casas sin ningún incidente. Quienes probablemente perdamos el Gobierno, festejamos la enorme gesta de haber casi revertido la situación, y quienes hoy están más cerca de obtener el Gobierno (pese al tremendo susto que se llevaron al inicio del recuento de votos), se lamentaron de no haberlo podido concretar esa noche y tener que esperar los resultados oficiales, dada la insólita e inesperada estrecha diferencia entre ambos candidatos, para oficializar el resultado.

No tengo más que palabras de agradecimiento a la militancia, estructurada y no estructurada, a los compañeros y compañeras de los distintos niveles de Gobierno, que sin dejar sus lugares de trabajo, siguieron mejorando las oportunidades del país como herencia bendita para el próximo Gobierno y a la vez que aportaron su militancia en defensa del proyecto de país progresista y también y muy especialmente, profundo agradecimiento a las decenas de miles de uruguayos y uruguayas que no votaron al FA en Octubre, pero que decidieron apoyar a Daniel Martínez y nuestro proyecto de país, en este balotaje.

Como decía nuestro querido General, somos una fuerza constructora, pacífica y pacificadora que seguirá velando por defender los derechos de los más desprotegidos.

Y ahora, desde el llano, seguiremos sembrando, regando y creciendo en voluntad y proyectos para defender las conquistas de todos estos años.

Por supuesto que también, esa siembra será para que, luego del fin de este ciclo electoral, de un proceso con las necesarias auto críticas y corrección de errores, comencemos a prepararnos para disputar, como Fuerza Política de acción permanente, nuestro retorno al Gobierno en el próximo período del 2025-2030.

Diputado ALFREDO ASTI - Asamblea Uruguay - Frente Amplio 

https://bit.ly/2OlryjG

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