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Domingo, 11 04 2021
(Tiempo estimado: 4 - 8 minutos)
Elecciones

La elección en Ecuador: entre la incertidumbre y el umbral de un nuevo ciclo progresista para el continente

Hoy se define la continuidad o el cambio de rumbo económico, social e ideológico en Ecuador

Sebastián Hagobian López, magister en Relaciones Internacionales con orientación en Economía, Política y Derecho a la Integración. @sebahagobian

Por Sebastián Hagobian López

Este 11 de abril no será un domingo más en nuestra América, dado que se desarrollarán dos elecciones generales: en Ecuador y en Perú. Las mismas, por su importancia marcan el ciclo electoral en la región de este año 2021. Las elecciones de Perú serán la primera vuelta y en esta ocasión ninguna de las candidaturas llegará a obtener la cantidad de votos necesarios para lograr la victoria en esta instancia. Sin embargo, en Ecuador es la segunda vuelta, la instancia definitiva para lograr la presidencia y con ella la continuidad o el cambio de rumbo económico, social e ideológico en dicho país. En el plano geopolítico también esta elección juega un rol importante, dado que ella puede comenzar a generar un cambio en la correlación de fuerzas en el mapa de gobiernos suramericanos, donde actualmente los gobiernos de orientación ideológica de derecha son ampliamente mayoritarios. Lo interesante es que el cargado ciclo electoral que marca el calendario de este año y lo debilitados que la mayoría de estos gobiernos llegan a estas instancias, abren el umbral para un nuevo ciclo de gobiernos progresistas y de izquierda en la región y el continente.

Ante este escenario, se entiende que cabe la pregunta: ¿Qué está realmente en juego en Ecuador? En primer lugar, para el domingo están convocados a votar 13.099.150 ciudadanos, de los que el 3,14% corresponde a sufragantes residentes en el exterior, distribuidos en 40 países. El voto es obligatorio para los ciudadanos a partir de los 18 años y hasta los 65 años. A su vez, hay una serie de particularidades que son muy buen ejemplo de inclusión y dignas de ser incorporadas a nuestra legislación como por ejemplo, que las y los jóvenes de 16 y 17 años cuentan con voto facultativo. Asimismo, un dato interesante que fue válido para la primera vuelta es que en las listas para acceder al Poder Legislativo debió incluirse a mujeres u hombres de entre 18 y 29 años, en un total del 25% , asegurando así́ la participación real a nivel legislativo de los jóvenes.

A la hora de analizar la coyuntura política en la cual el acto eleccionario está inmerso, es importante destacar, que el actual gobierno del presidente Lenin Moreno (ex vicepresidente de Rafael Correa), fue electo por Alianza País, un Partido Político de izquierda con un programa plenamente progresista que apostaba a mantener la continuidad de los anteriores gobiernos encabezados por Rafael Correa. Es decir, el pueblo ecuatoriano apostó por la continuidad de la denominada “revolución ciudadana”, pero rápidamente y de manera inesperada el gobierno de Lenin Moreno se alejó del programa de gobierno progresista por el que fue electo. Esto generó una ruptura con Correa y los principales referentes del Partido Alianza País, dejando al presidente Moreno con bajo respaldo popular. El zenit del descontento de la población, se alcanzó en octubre de 2019 frente a los anuncios del gobierno de un paquete de medidas de ajuste neoliberal. Esto generó una serie de movilizaciones y protestas a nivel nacional que fueron brutalmente reprimidas.

A su vez, es importante recordar que tras el enfrentamiento y ruptura con Rafael Correa, el denominado “correismo”, ha sido blanco de una campaña constantemente de desprestigio y persecución judicial impulsada por el presidente Lenin Moreno, de la misma manera que aconteció en Bolivia con la persecución de la presidenta de facto Jeanine Añez al presidente depuesto Evo Morales y los dirigentes del MAS. Esto llevó a muchos dirigentes al exilio y otros a ser encarcelados sin contar con las garantías del debido proceso, algo que fue denunciado por diversos y respetados juristas en varios Organismos Internacionales. A todo eso, se le debe sumar el intento de proscribir la candidatura de Arauz y el constante rechazo de la autoridad electoral para poder dar inscripción a un nuevo Partido Político que les posibilitara presentar dicha candidatura. A pesar del prestigio con que Rafael Correa cuenta en Ecuador, siendo el político mas trascendental del país, el constante enfrentamiento le trajo a él y a su movimiento un gran desgaste disminuyendo su caudal electoral. Esto implica que en la actualidad, el correismo tiene el piso electoral más alto en Ecuador, ubicado en el umbral del 35% que lo deja con ventaja de ser el Partido Político más votado en la primera vuelta seguido por Guillermo Lasso, Yaku Pérez y Xavier Hervas cada uno en el entorno del 18% al 20%. El gran desafío de Andrés Arauz, un joven de 36 años con una destacada formación académica y con experiencia en la gestión pública durante el gobierno de Rafael Correa, será captar la inmensa mayoría de los votos de Xavier Hervas y parte del electorado indígena de Yaku Pérez.

Por otro lado, se encuentra el candidato Guillermo Lasso, un banquero que representa la candidatura histórica del centro derecha ecuatoriana. Esta es la tercera elección en la que presenta su candidatura, perdiendo por primera vez con Rafael Correa en 2013 y en la última con Lenin Moreno en 2017. En la primera vuelta alcanzó el 20%, y su estrategia siempre fue apostar a alcanzar a la segunda vuelta con una alianza con Yaku Pérez y otros candidatos. Esta estrategia pereció cuando el candidato indígena Yaku Pérez, quedó a pocos votos del segundo lugar y declaró la existencia de un fraude electoral por parte de las autoridades electorales para favorecer a Guillermo Lasso.
Los datos de las últimas encuestas muestran un promedio de intención de votos para Andrés Arauz que ronda en la franja de un 35% a un 40%. Entre tanto, la intención de votos para Guillermo Lasso se ubica entre el 29% y un 35%. Cuando se hace la ecuación del total de los votos válidos, ahí Arauz obtendría según esta encuesta un 55,7% y Lasso un 44,3%. A pesar de esta diferencia, que en lo previo daría para suponer que la victoria del correismo llegaría sin sobresaltos, existe un dato relevante que otorga un manto de importante incertidumbre a la situación:16,6% de votantes indecisos, un 19,8% de voto nulo y un 2,4% de voto en blanco.

Como antesala a la elección, se dio a conocer un acuerdo entre Xavier Hervas y Yaku Pérez para conformar un bloque parlamentario que les asegura que gene quien gane la Presidencia, deberá acordar con ellos para poder aprobar cualquier iniciativa parlamentaria. De esta manera, quienes quedaron en cuarto y tercer lugar en la primera vuelta, hoy se convierten en la llave de la gobernanza. No hay que dejar de señalar, que ambos fueron la gran sorpresa de la primera vuelta, en gran parte por el desgaste que tienen ante la ciudadanía los dos bloques que han hegemonizado la disputa por la presidencia durante las tres elecciones anteriores. En el caso de Yaku Pérez, logró consolidar el apoyo de la población indígena y sumar votos de la población que estaba “desencantada con el correismo”, en general de nivel socioeconómico mas bajo. En cuanto a Xavier Hervas, un empresario y “outsider” del sistema político ecuatoriano que asumió la candidatura de Izquierda Democrática, el Partido Político del expresidente Rodrigo Borja hoy retirado de la actividad política, debemos recordar que este histórico Partido, en los últimos tiempos obtenía magros resultados electorales que lo estaban llevando a convertirse en un sello marginal. Pero la gran campaña enfocada al público joven y el gran desempeño de Hervas en los debates presidenciales, lo posicionaron como el candidato de la renovación del sistema político. El mismo acaparó la mayoría del voto joven, le quitó el voto del centro político a Guillermo Lasso y el voto del centro izquierda a Andrés Arauz. Claramente Hervas, será un actor al que el progresismo regional le deberá dar un seguimiento con suma atención por lo que puede realizar en el presente pero sobre todo por el salto que puede dar a futuro.

Por la tanto, para responder: ¿Qué está en juego en Ecuador? La respuesta más sintética seria: muchísimo. Se puede cambiar radicalmente la política interna de ese país desde todos los planos: económico, sanitario, educativo y social. Para finalizar, me atrevo a dar un pronóstico, porque al final en la vida se trata de jugársela y a pesar de la incertidumbre por los altos niveles de indecisos y votos nulos y que la izquierda y el progresismo lamentablemente están de manera dividida, apuesto a que hoy Ecuador pondrá su grano de arena para comenzar a abrir el umbral de un nuevo y necesario ciclo progresista en América Latina.