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Miércoles, 05 09 2018
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Manos a la tierra

Salto: Las huertas comunitarias constituyen una salida laboral y apoyo a muchas familias en diferentes barrios

El edil de Asamblea Uruguay, Héctor Trinidad, participa a nivel social junto a otros salteños en una extraordinaria experiencia, de la que ya diéramos cuenta en el Boletín 2121 y en nuestro Facebook, y que hoy dio lugar a una importante cobertura en el diario El Pueblo, que se reproduce seguidamente.

Héctor Trinidad dialogó con el diario El Pueblo y brindó detalles de las huertas comunitarias en varios barrios de Salto

Aprendieron cómo preparar la tierra, regar y colocar las semillas. Aprendieron del cuidado de las legumbres y la frutilla para producir alimentos saludables.

De esta forma no solo consiguen alimentos frescos para sus familias, sino también logran vender muchos de sus cultivos y así se va formando una cadena de producción y venta que les permite subsistir.

Ese trabajo lo vienen llevando a cabo varias familias salteñas de diferentes barrios de Salto que participan del programa de huertas comunitarias.

Héctor Trinidad, dialogó con EL PUEBLO y brindó detalles de estas huertas que se concentran en su mayoría en la zona de barrio Artigas pero también las hay en otras partes de la ciudad y así pueden “salir adelante”.

Trinidad comentó como se inició el proyecto en Salto, del cual forma parte a través de una comisión. Según dijo, “hace un tiempo recurrimos a un pedido de algunos vecinos que querían plantar frutilla y lechuga y empezamos a colaborar con algunas herramientas como mangueras o semillas.

Pedimos en algunas chacras mudas de una cosa y de otra y así, se fueron armando” las pequeñas plantaciones. Pero necesitaban una mano para poder continuar y crecer con el proyecto.

Fue entonces que decidieron recurrir al MIDES (Ministerio de Desarrollo Social) “a pedir una mano y presentar el proyecto” y ahora cuentan con una ayuda de este Ministerio.

El apoyo y la contención del MIDES

Lo que consiguieron a través del MIDES fue mucho más de lo que esperaban. No solo obtuvieron la colaboración en capacitación, e insumos sino que también, con el MIDES, llegó toda la protección social que las familias necesitaban y ni siquiera se lo habían planteado.

De esta forma, además de contar con la colaboración en diferentes materiales como nylon, piolas, la máquina de cura y algunas semillas que consiguen entre todos, también obtuvieron de esta cartera de Estado una gran contención social.

Así, el proyecto de huerta comunitaria que tiene que ver con un apoyo con equipo técnico para la producción permitió a esas familias acceder a muchos derechos.

Comenzó la protección de esas familias y la inserción de los más pequeños en los CAIF (Centro de Atención a la Infancia y la Familia), la crianza saludable y los programas como Uruguay Crece Contigo que tienen que ver con la primera infancia, pautas para una crianza responsable, jóvenes en red y el programa cercanía que ayuda al cumplimiento de las familias en ciertas metas.

“La idea era tener un cultivo para vender y sacar para comer, además de aprender a cultivar, que ya de por sí era una tarea muy importante, pero con el MIDES llegó una ayuda para la familia y así tienen ciertos beneficios”, comentó Trinidad.

La venta de su producción

Ahora, “ya son varias las familias que están en este proyecto y la gente pide los productos de la huerta”, comentó el entrevistado. Algunas de estas huertas están en pleno barrio Artigas, en Instrucciones y Monterroso, en Instrucciones frente al Cementerio, en Avenida Pascual Harriague, en Ansina y Fernando Otorgués y así varias más.

“El objetivo es salir adelante”, dijo Trinidad, quien resaltó que todo lo que producen lo venden en el lugar y también salen a repartir por la zona. Vale destacar que con la ley de compras públicas el Estado puede comprar a huertas familiares y eso permite una ecuación de ganar ganar, esto es, entregar alimentos saludables de buena calidad y que los productores venden su producción salteándose la cadena de intermediarios.

Todo lo que se cultiva es en predios de propiedad de los mismos vecinos, de tíos o abuelos de quienes trabajan en ellos y de esta manera se mantienen limpios los terrenos y se aprovecha su tierra.

El objetivo es formar pequeños productores

“Es un trabajo de todos los días pero va lindo. Hoy estamos en tiempos duros y se necesitan estos trabajos. ¡Ojalá en cada barrió podamos llegar con estas huertas!”, exclamó Trinidad, esperanzado de que con este tipo de proyectos se pueda dar una mayor esperanza a los jóvenes y las familias de bajos recursos. “Es un trabajo de hormiga, pero lo hacemos de corazón.

La idea es tener algo sólido y con pequeños productores, también que puedan aspirar en un futuro a seguir creciendo. El objetivo es ese, crecer y formar pequeños productores”, concluyó Trinidad.